domingo, 13 de julio de 2014

Condenada por apuñalar a su marido mientras dormía

Un policía ayuda a María de los Milagros C. G. a bajar del furgón para conducirla hasta el Penal 1.Un policía ayuda a María de los Milagros C. G. a bajar del furgón para conducirla hasta el Penal 1.José Poyatos
Nada más abrirse la puerta del furgón policial, un halo de luz solar deslumbró a María de los Milagros C. G. Después, se tapó la cara con una hoja de periódico, mientras era conducida con paso firme por una pareja de policías nacionales. Esposada y a paso ligero, llevaron a esta linarense ante la juez Valle Elena Gómez. En la sala de vistas, la acusada se reconoció autora de un delito de lesiones. Apuñaló a su marido mientras dormía. Su castigo son tres años y medio de prisión, de los que ya ha cumplido cinco meses.

 Los hechos se remontan a las doce de la noche del pasado 9 de febrero, en el domicilio familiar en el que residía el matrimonio. María de los Milagros C. G. prevalió de que su esposo se encontraba acostado en el dormitorio para atacarlo por sorpresa. Cogió un cuchillo de grandes dimensiones y se lo clavó al hombre por la espalda. Ese primer envite hizo que el esposo se despertara: "Al volverse, la acusada aprovechó para clavarle de nuevo el arma en la zona del tórax", explica el escrito de acusación del fiscal, que ayer se convirtió en hechos probados de una sentencia.
A pesar de lo aparatoso y de lo sorpresivo del ataque, la víctima no sufrió lesiones especialmente graves. De hecho, fue él mismo el que acudió a la Comisaría de Linares para contar que su mujer lo había apuñalado dos veces, que no sabía los motivos del ataque y que no quería que a ella le pasara nada. Cuando los agentes se personaron en el domicilio, la mujer ya había limpiado el piso totalmente. Lo limpió a conciencia, con lejía, para eliminar cualquier resto de sangre. De hecho, le dio la vuelta al colchón donde se produjo la agresión y estaba lavando las sábanas por segunda vez. También, había escondido el cuchillo debajo del fregadero, donde fue localizado por los funcionarios. Lo único que, entonces, declaró la mujer para justificar el ataque fue que su esposo "era muy celoso".
Ayer, no tuvo que decir nada. Tan solo reconocer los hechos. Su confesión sirvió para beneficiarse de una rebaja en el castigo que, inicialmente, solicitaba la Fiscalía. De los cinco años de prisión a los que María de los Milagros C. G. se enfrentaba antes de entrar a la sala de vistas se pasó a tres años, seis meses y un día. Tampoco podrá acercarse a su marido durante algo más de cuatro años. La víctima renunció a cualquier indemnización que pudiera corresponderle.
Esta agresión ha sido juzgada como un delito de lesiones -y no como un asesinato en grado de tentativa- debido a los informes de los forenses del Instituto de Medicina Legal. Los expertos que vieron al hombre explicaron que ninguna de las dos puñaladas afectó a "planos musculares ni órganos vitales". "Ni la dirección, ni la localización de las lesiones supusieron un riesgo vital", aclara la sentencia del Penal 1, que ya es firme, al haberse dictado por conformidad.
María de los Milagros C. G. fue conducida al sombrío calabozo y, de ahí, a la oscuridad del habitáculo del furgón policial, que tomó el rumbo hacia el Centro Penitenciario de Jaén.