miércoles, 25 de septiembre de 2013

Hombres maltratados, la otra cara de la moneda‏

Domingo, 22 de Septiembre, 2013
Son la excepción que confirma la regla. Pero están ahí y cada vez hay más. La vergüenza y la falta de ayuda institucional hacen que la mayoría no se atreva a denunciar. Se trata de una violencia menos visible y más silenciosa
Rafael estuvo casado once años. Cuando llevaba tres años de matrimonio tuvo una hija que murió a los seis meses, según creen por un error médico. A partir de ahí su historia es un infierno. Su mujer le acusa de ser el culpable de la muerte de la niña ya que él era camionero, estaba poco tiempo en casa y no había podido ocuparse de su hija. La relación duró así ocho años en los que él sufrió todo tipo de vejaciones psicológicas, arañazos e incluso golpes en varias ocasiones. Hasta que Rafael consiguió dar un paso adelante y cortar la relación.
Ahí no acabó la cosa. Ella no toleró que se revolviese y fuera capaz de dejarla. Entonces le denunció dos veces por maltrato, y estuvo en dos ocasiones en el calabozo. Las dos denuncias fueron archivadas. Entonces él le puso una querella por lesiones psicológicas y fue encarpetada directamente. Actualmente Rafael lleva dos años de baja, está en tratamiento psiquiátrico, vive en casa de sus padres y subsiste gracias a Cáritas.
La historia la cuenta, con el permiso del afectado, su abogado, Víctor Martínez Patón, de la firma "Patón & Asociados", especializados en la defensa de hombres maltratados. Martínez asegura que la Ley contra la Violencia de Género es "discriminatoria porque reduce el término violencia a la que ejercen los hombres y padecen las mujeres, negando así cualquier opción a que la situación sea la opuesta".
Cuando denuncia una mujer se la cree sin más y al revés hay que llevar muchas pruebas y el proceso es muy complicado
Casos hay bastantes y desde diferentes colectivos se denuncia que cada vez van creciendo más. "Hay muchas mujeres que amparadas por esta ley interponen denuncias falsas de violencia de género para obtener beneficios en el divorcio y en la custodia de los hijos", dice Rafael Rodrigo, presidente de la Asociación de Afectados por la Ley de Violencia de Género (Alvige). Y lo peor, afirma, es que "hay muchos letrados y despachos de abogados que ante un proceso de separación matrimonial aconsejan a las mujeres acusar a sus maridos de malos tratos, sin motivo alguno, para conseguir pensiones más altas, el piso y otros beneficios".
"La violencia de género tiene una pena superior a la violencia doméstica. Cuando denuncia una mujer se la cree sin más y al revés hay que llevar muchas pruebas y el proceso es muy complicado. Las amenazas, coacciones o malos tratos psicológicos en caso de que la víctima sea una mujer son delito y si el perjudicado es un hombre se trata de una falta, lo que supone solo una multa", asegura Alicia Correa de "C y C Abogados" con despacho en Badajoz y colaboradora de la Asociación "Hombres Maltratados de España".
En cuanto al maltrato físico padecido por los hombres a manos de sus mujeres, los casos disminuyen, pero según afirma Martínez Patón "no es tan extraño como pensamos. Nosotros hemos tenido ya varios casos de lesiones, fracturas, costillas o manos rotas". En 2011 siete hombres murieron asesinados por sus parejas o exparejas, según datos del Informe sobre violencia doméstica del Consejo General del Poder Judicial. Los agresores fueron cinco mujeres y dos hombres. En ese mismo periodo, 62 mujeres murieron asesinadas por sus parejas. Apenas supone un mínimo porcentaje de esta dramática estadística y tal vez esa sea una de las razones que explica la ausencia de estudios específicos sobre víctimas masculinas e incluso de una menor ayuda ante su desgracia.
Este tipo de maltrato se engloba dentro de la llamada violencia doméstica. Según cifras del Instituto Nacional de Estadística casi un 25% de las denuncias de violencia doméstica de 2011 corresponden a hombres maltratados por sus parejas. Del total de 5.632 personas denunciadas, el 76,2% fueron hombres y un 23,8% mujeres.
Otros estudios publicados en prensa hablan de que en los últimos cinco años, 32 hombres perdieron la vida a manos de sus parejas, frente a la abrumadora cifra de 335 feminicidios registrados. Está claro que esta violencia no es comparable a la violencia de género ni en cifras, ni en cuanto al origen y trasfondo social y cultural. Y nadie lo quiere comparar "la clave estaría en buscar una verdadera igualdad en el castigo, pues lo importante es el hecho y el sufrimiento que genera a la persona que lo padece independientemente del sexo del agresor", explica Rafael Rodrigo.
Violencia más silenciosa y enmascarada
A un hombre le cuesta más admitirlo, la mayoría no es capaz de denunciarlo y tiene que ser su entorno quien dé ese primer paso
Del informe del CGPJ sobre violencia doméstica se desprende que ninguno de los asesinados por sus parejas puso denuncia. Según los expertosse trata de una violencia más silenciosa, invisible y enmascarada. Tanto si se trata de malos tratos físicos o psíquicos la vergüenza, el miedo al ridículo y a no ser creídos, pasa a escena, "a un hombre le cuesta más admitirlo, la mayoría no es capaz de denunciarlo y tiene que ser su entorno quien dé ese primer paso. La gran parte de las denuncias que nos llegan al despacho son llamadas de hermanas, amigas, madres o las nuevas parejas del afectado", asegura Martínez Patón.
Alicia Correa también crítica la falta de "sensibilidad" hacia los hombres maltratados, "en la sociedad no se cree que haya violencia hacia los hombres. No se sabe que hay muchos hombres machacados psicológicamente y cuando se trata de agresión física la Policía es poco delicada, les llama la atención esa situación de sometimiento y subyugación. No les cabe en la cabeza que los hombres no se pongan en su sitio".
En cuanto al perfil de los hombres afectados hay de todo: adinerados, ejecutivos, directivos, con estudios, sin estudios, obreros. Eso sí, ninguno es dado a contar sus emociones. Un panorama complejo y variopinto. En cualquier caso, desde Alvige abogan por tomar medidas de conciliación, aclara Luc Moliner, asesor psicológico de esta agrupación, "no somos una asociación beligerante. En el proceso de acompañamiento no ayudo a luchar a los hombres contras sus exparejas, medio para que gestionen sus emociones y los sentimientos de rabia. Les oriento hacia una actitud más cooperativa trabajando su visión del enemigo para que no se eche más leña al fuego".
Sea como fuere, el debate está ahí. ¿Cómo proteger a las mujeres y castigar a los maltratadores sin llevarse por delante todo los derechos de aquellos a quienes aún ampara la presunción de inocencia?
http://www.estrelladigital.es/espana/Hombres-maltratados-cara-moneda_0_1472852918.html